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lunes, 18 de diciembre de 2017

Síndrome cruzado superior: qué es, cómo evitarlo y tratarlo

Según Sara Tabares, directora de PERFORMA Entrenadores Personales, Máster Universitario en
Actividad física y Salud, MAT Jumpstart Certified, directora del programa "Ser Saludable" en
Cadena SER y colaboradora de BeOk, también en Cadena SER.

Vladimir Janda, médico Checo, en la década de los cincuenta habló de dos patrones que
afectaban a la postura con desequilibrios musculares comunes en la mayoría de las personas. Lo
hizo teniendo en cuenta su disposición cruzada, en la que unos grupos musculares se acortan con
el exceso de tono muscular y otros aparecen inhibidos de forma contralateral. A estos sucesos los
llamó “síndrome cruzado superior e inferior”.
El síndrome cruzado superior e inferior se puede producir por un patrón postural disfuncional,
producido por un exceso de tono muscular en la parte anterior o posterior del cuerpo y por un
déficit de tono en la parte antagonista del mismo (Moore, M. K. 2004).
“La mayoría de los problemas del sistema músculo esquelético abarcan un trastorno funcional
relacionado fundamentalmente con aspectos de acortamiento muscular” (Chaitow L. 2001)
Las causas que pueden derivar en un síndrome cruzado superior pueden ser diversas, una de las
cuales puede ser una mala planificación del entrenamiento donde existe un
manifiesto desequilibrio de ejercicios de empujón (presses) frente a los de tirón (pulles). Los
motivos también pueden ser morfológicos y deben tenerse en cuenta. Las posibles asimetrías
corporales congénitas también pueden aumentar la predisposición a padecer síndromes cruzados
superior e inferior.
Por otra parte, el estrés, la ansiedad o una mala higiene postural en un trabajo sedentario también
pueden provocar este tipo de alteraciones. Personas que pasan mucho tiempo leyendo o frente a
un ordenador, mantienen una postura con la cabeza adelantada e hipercifosis.
Columna y síndrome cruzado superior
Desequilibrios en la tensión de los músculos pectoral mayor y menor, trapecio superior, elevador
de la escápula, y esternocleidomastoideo (ECM) pueden ser responsables de un síndrome
cruzado superior. Otros músculos potencialmente implicados son el masetero, temporal,
digástrico, recto cervical y oblicuos. También puede darse una inhibición de los estabilizadores
inferiores de la escápula: serrato anterior, romboides, trapecio medio e inferior; también de los
flexores profundos del cuello, suprahioideos y milohioideos.
Complicaciones del síndrome cruzado superior
La posición de hombros y cabeza adelantados genera hiperextensión en la región cérvico-craneal.
Debido a la tensión de los extensores cortos del cuello, podrían ocasionar dolor en el arco
posterior de C1 y a lo largo de las inserciones de estos músculos.
Las complicaciones pueden darse en las articulaciones cercanas a estos grupos musculares
donde la principal afectada es la articulación cérvico-craneal, por la posición inadecuada de la
cabeza que repercute al occipital, C1 y C2. Aquellos que padecen síndrome cruzado superior
pueden sufrir cervicalgias y dolores de cabeza debido al exceso de tensión generado en la zona.
También se pueden padecer trastornos en las vértebras cervicales inferiores debido a los cambios
de postura forzados, lo que implicaría también molestias en la zona dorsal.
Por otra parte, la estabilidad de las escápulas disminuye abriendo la posibilidad de presentar
escápulas aladas. Como consecuencia, todos los movimientos de la extremidad superior pueden
verse alterados. El desequilibrio propio del síndrome cruzado superior también influye
negativamente sobre la articulación temporomandibular, que modifica su mecánica articular y
postural (Rodríguez, B., Mesa, J., Paseiro G. 2004).

Vía: www.Entrenador.es

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